Mi camino hacia la fenomenología: la experiencia formativa del encuentro
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Resumen
No recuerdo la fecha exacta en la que conocí a Antonio, debió haber sido a inicios de 2002, en casa de Rodolfo Santander en Puebla. El motivo de su visita lo tengo muy presente: comenzaban los trabajos de traducción de los hoy recién publicados Textos breves de Husserl que Agustín Serrano de Haro y él coordinaron. También recuerdo que fue mi madre la que me introdujo en la conversación entre ellos tres, que curiosamente nada tenía que ver con cuestiones filosóficas sino con las dificultades para echar a andar al Círculo Latinoamericano de Fenomenología (CLAFEN) y a su segundo coloquio, el cual tendría lugar en mayo de ese mismo año en Colombia. Con dicha tarea entre manos, Antonio se había hecho cargo
del sitio de Internet que desde entonces funciona como sede electrónica de CLAFEN, y había formado con sus miembros un foro en Yahoo! Groups para el que requería de cierta ayuda con las tareas de computo. Los pormenores son algo que ya no retengo en mi memoria, pero lo que sí sé es que, al concluir aquella charla, yo ya había comprometido mis rudimentarios conocimientos de programación y mi corta experiencia en diseño de páginas web al servicio de la fenomenología latinoamericana organizada.